El pintor grecoitaliano Giorgio de Chirico (1888-1978) tuvo una gran influencia como precursor del surrealismo y fundador del movimiento artístico llamado scuola metafísica.
Después de sus estudios en Atenas y Florencia, en 1906 se instaló en Munich y se inscribió en la Akademie der Bildenden Künste, donde se interesó por los grabados de Max Klinger y las pinturas simbolistas de Arnold Böcklin. En 1911 se fue a París y conoció a Guillaume Apollinaire, el primero que calificó su arte de “metafísico”. A través de Apollinaire entró en contacto con figuras de la talla de Pablo Picasso y Constantin Brancusi. Su influencia fue reconocida por muchos artistas, especialmente por los surrealistas Yves Tanguy, Max Ernst, Salvador Dalí y René Magritte. Las obras más conocidas de De Chirico son las que pintó entre 1909 y 1919, su etapa metafísica.
Canción de amor (1914, Museum of Modern Art, Nueva York) es una de las más famosas. La estructura arquitectónica de la derecha se inspira en el urbanismo mediterráneo de la Antigüedad, mientras que la de la izquierda podría recordar chimeneas encendidas en un terrado moderno, o el vapor de una locomotora en macha. En el centro, una pared inverosímil, arbitrariamente situada tras una enorme cabeza de estilo griego y un guante de plástico intensamente rojo, aísla el espacio pictórico. Con esta misteriosa vista de un espacio imaginario y enigmático, De Chirico hizo una demostración de su capacidad de relevar una realidad paralela a través dela rte, proceso parcialmente inspirado en sus lecturas de Nietzsche, y de una importancia decisiva para la pintura metafísica.